¿Será? Ver un partido de fútbol puede duplicar el riesgo de infartos

A horas del comienzo del mundial, cardiólogos analizan cuáles son los riesgos de hacerse mala sangre mientras juega un equipo. ¿Puede la pasión generar eventos cardíacos extremos?

Faltan pocas horas para que la pelota comience a rodar en Qatar, sede de la Copa Mundial de Fútbol 2022 y los corazones de los fanáticos de este deporte, laten más fuerte. ¿Pero esa clásica frase que alegra y hasta cae bien, puede generar un problema de salud cardiovascular? ¿Puede la pasión de un partido, en un país tan futbolero, provocar un infarto? ¿Cuáles son los riesgos de hacerse mala sangre por un resultado negativo?

Con la llegada del Mundial, las expectativas crecen, los sueños se incrementan y la esperanza de ver a nuestro equipo alzar la copa no afloja, es más, se agranda. El camino exitoso de Argentina, campeón de América frente a Brasil y de la Finalíssima con Italia ilusionan. Sumado a que lleva 36 partidos invicta (no pierde desde junio de 2019) y tiene al mejor jugador del mundo en la actualidad (Lionel Messi) entre sus filas.

Por eso, la ilusión es enorme, como también lo pueden ser los problemas cardíacos que se presenten en aquellas personas que vibrarán frente al televisor.

“Hay evidencia científica que dice que el estrés que puede generar un partido de futbol, en este caso magnificado por ser una Copa del Mundo sería un potencial problema cardíaco, especialmente en personas con antecedentes de riesgo cardiovascular. Numerosas publicaciones demuestran la estrecha relación entre el estrés mental y las más variadas patologías del aparato cardiovascular, como el estudio publicado por científicos alemanes en la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine luego del mundial de futbol celebrado en su país en 2006, donde se afirma que el número de infartos de miocardio se elevó hasta 2.5 veces los días de los partidos en que participaba la selección local en relación a otras fechas. Y se triplicaban las visitas a las guardias médica durante y pos partido”, explicó a Infobae Mario Boskis (MN 74002), cardiólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

“La emoción de un partido y especialmente cuando el resultado no acompaña, puede producir en el hincha de fútbol, una discordancia entre su expectativa futbolera y la realidad de lo que está sucediendo en la cancha, y eso sin duda le genera estrés. El organismo libera sustancias químicas que pueden subir la presión arterial, incrementar la frecuencia cardíaca, derivar la sangre selectivamente a los músculos en las piernas, elevar la frecuencia respiratoria y hasta dilatar las pupilas, o sea, nos estamos preparando para luchar o huir de un enemigo invisible que nos está atacando. Sin embargo, estamos quizás solamente sentados en frente al televisor, pero eso el cuerpo no lo entiende. Mirar un partido de fútbol puede generar estrés mental. El organismo no se da cuenta si la persona está corriendo una carrera, subiendo una montaña o mirando un partido de fútbol. Y va a responder de la misma manera”, aclaró Boskis.

Y agregó: “”Quienes desconocen su estado de salud cardiovascular pueden correr mayor riesgo, porque si existe una cardiopatía no detectada, frente a un apremio mental importante, es posible que se gatille un evento cardíaco. El famoso ‘me va a dar algo’ puede ser un síntoma de enfermedad coronaria, que se presenta con dolor en el pecho o palpitaciones y puede ser un signo de infarto inminente. Un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista JAMA advierte también que en pacientes con enfermedad coronaria conocida, la presencia de estrés mental podría incrementar significativamente el desencadenamiento de eventos cardiacos”.

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El doctor Andrés Orlandini, prestigioso cardiólogo y director del Servicio Cardiología del Instituto Cardiovascular de Rosario precisó a Infobae que la relación entre el fútbol y los ataques cardíacos está fuertemente arraigada en la cultura popular. Tan es así que los partidos que definen campeonatos o copas, como la que se produjo recientemente entre Boca y Racing son calificados por los medios como “infartantes”.

“Más aún, el Negro Fontanarrosa en un cuento memorable llamado 19 de noviembre de 1971, narra como un hincha (llamado Casale) que tenía prohibido concurrir a la cancha por su cardiólogo, pero que era una cábala para los clásicos, es raptado y llevado a la fuerza al partido. Casale muere de alegría al finalizar el partido que habían ganado. Este cuento pone de manifiesto que no solo se relaciona a los ataques cardiacos con las situaciones frustrantes, sino también con las situaciones emocionantes aunque estas fueran alegres. Pero ¿que podría causar esta relación entre futbol y eventos cardiacos que intuitivamente todos tenemos? Varias causas se podrían enunciar que justificarían esta relación”, indicó Orlandini.

“Una situación estresante produce una alteración del sistema neuroendocrino (descarga adrenérgica) que puede producir aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la presión arterial, vasoconstricción, aumento de la coagulabilidad de la sangre (que facilita la formación de trombos), y alteraciones en la piel que recubre la parte interna de las arterias (endotelio). Todos estos eventos pueden producir la ruptura de una placa ateroesclerótica obstruyendo una arteria coronaria, lo que desencadena un infarto, o la formación de un coagulo que viaje por las arterias e impacte en el cerebro y genere un accidente cerebrovascular (ACV). Además la descarga adrenérgica favorece la producción de arritmias, como ser la fibrilación auricular, que pueden descompensar al paciente aun sin producir un infarto”, sostuvo el especialista.

Y agregó: “Por lo tanto existe una base fisiopatológica que explicaría el peligro de ver un partido de fútbol. Más aun considerando que otros factores que pueden ser desencadenantes de un ataque cardíaco son la ingesta copiosa de alcohol, una comilona y fumar en exceso, todas prácticas que suelen darse cuando los argentinos nos juntamos a comer un asado o una picada para ver un partido”.

“Los estados emocionales intensos de ira, ansiedad, tristeza, angustia y estrés agudo, son potenciales “gatillantes” de eventos cardiovasculares agudos como el infarto agudo de miocardio, arritmias cardíacas y el síndrome de Takotsubo (conocido más comúnmente con nombre de “corazón roto”) que pueden conducir todas, a una muerte súbita o repentina. Esta vinculación entre emociones intensas y eventos cardiovasculares se observó en catástrofes como terremotos y bombardeos, pero también, durante eventos festivos como en las celebraciones de fin de año y religiosas. Algunas crisis económicas, políticas, y elecciones presidenciales, han mostrado también una mayor tasa de eventos cardiovasculares”, explicó a Infobae el doctor Gustavo Ontiveros, médico cardiólogo, (MN 91682) presidente de la Fundación para la Prevención de la Muerte Súbita (Fupremus) y miembro de la American Heart Association (AHA) y la European Society of Human Genetics (ESHG).

Sin embargo, Ontiveros marca una diferencia respecto a sus colegas y afirma que “no es posible con las evidencias actuales” establecer de modo consistente una relación directa de significancia entre las emociones despertadas por los partidos del mundial y un aumento en los eventos cardiovasculares. “Quizás, durante este mundial y haciendo uso de la tan promocionada big data pudiera evaluarse de forma más precisa y con menos sesgos tal vinculación. Independientemente de que esto ocurra y podamos en algún momento comprender realmente si tal vinculación es significativa, es imprescindible evitar caer en miradas simplistas de un problema complejo, porque ello, podría conducirnos a tomar posturas erróneas y contraproducentes”, sostuvo Ontiveros.

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Estudios científicos que avalan la preocupación de los cardiólogos
“El hallazgo que observaron los expertos, fue determinado inesperadamente por el equipo argentino. Estos autores no observaron ningún aumento de eventos cardiovasculares durante los partidos que jugo Inglaterra, salvo en el partido en que Argentina lo elimino por penales tras empatar 2 a 2 en tiempo reglamentario. Esta eliminación, tan recordada por nosotros, produjo un 25% de aumento de las internaciones por infarto agudo de miocardio en los 5 días posteriores al partido. Estos resultados se apoyaban en un estudio de los Países Bajos donde se había observado el mismo efecto negativo al ser eliminados por penales de la Eurocopa de 1996. Los autores concluyeron que sería conveniente suprimir la eliminación por penales en estos torneos, que por supuesto nadie tuvo en cuenta”, sostuvo Orlandini.

“En este trabajo se concluye que la tasa de mortalidad cardiovascular y ACV entre los hombres mayores de 45 años se incrementaron un 50 % tras la eliminación en cuartos de finales de Países Bajos por Francia durante la copa de la Liga Europea de 1996″, completa Ontiveros.

El cardiólogo Jorge Tartaglione, afirma que se ha hallado la relación que existe entre el fútbol y los eventos cardíacos. “En el año 2006, durante del Mundial de Alemania, la selección alemana jugó 7 partidos. Y cardiólogos de Munich midieron la cantidad de personas que ingresaban en las unidades coronarias de esa ciudad. Cada vez que jugaba Alemania, se incrementaban los ingresos. El máximo ingreso fue durante el partido entre Alemania y Argentina que empataron y hubo definición por penales (Argentina quedó afuera en la recordada anécdota del papelito usado por el arquero Lehmann que sabía cómo pateaban los jugadores argentinos). Ni siquiera cuando perdió luego en las semifinales, hubo tantos eventos cardíacos registrados”, sostuvo Tartaglione.

Uno de los primeros estudios sobre la relación entre un partido de fútbol y los ataques cardíacos fue publicado en el British Medical Journal (BMJ). En ese estudio se evaluó si después de los partidos que jugaba Inglaterra en la Copa del Mundo de Francia 1998 se producían más internaciones por infarto, accidentes cerebrovasculares, daños auto infligidos o accidentes de tránsito, que los que se producían en los días y años anteriores.

El paper publicado en The New England Journal of Medicine afirma que: “los eventos cardiovasculares agudos se evaluaron en 4279 pacientes. En los días de partidos de la selección alemana, la incidencia de emergencias cardíacas fue 2,66 veces mayor que durante el período de control. Para los hombres, la incidencia fue 3,26 veces mayor que durante el período de control y para las mujeres, fue 1,82 veces. Entre los pacientes con eventos coronarios en los días en que jugó el equipo alemán, la proporción con enfermedad coronaria conocida fue del 47%, en comparación con el 29% de los pacientes con eventos durante el período de control. En esos días, la mayor incidencia promedio de eventos se observó durante las primeras 2 horas posteriores al inicio de cada partido”

Y concluye el estudio encabezado por el doctor Ute Wilbert-Lampen: “Ver un partido de fútbol estresante duplica con creces el riesgo de un evento cardiovascular agudo. En vista de este exceso de riesgo, particularmente en hombres con enfermedad coronaria conocida, se necesitan urgentemente medidas preventivas”.

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Tartaglione también citó otro estudio analizado por cardiólogos uruguayos a raíz de un evento ocurrido 2 de julio de 2010, cuando una mujer de 39 años fue internada con un infarto agudo de miocardio en una clínica de Montevideo. El caso es analizado y bautizado por una revista uruguaya de cardiología como el “síndrome de Abreu”. Según los expertos, el accidente cardíaco se produjo justo cuando el “Loco” picó la pelota durante el último penal contra Ghana y hace el gol con suspenso. Finalmente, la mujer sobrevivió y recibió el alta a los cinco días. Pero Uruguay perdió el siguiente partido a manos de Países Bajos.

“El gatillador más importante de un evento cardiovascular inducido por estrés emocional no sólo es el resultado del partido, como ganar o perder, sino la intensidad, la emoción, la expectativa generada durante el desarrollo del partido con un final dramático, como lo es el dado por un desempate por penales. La tasa de eventos está relacionada con la hora de inicio del partido, habiendo un aumento progresivo de la misma en las horas previas al inicio, es máximo en las primeras dos horas del encuentro, sigue un descenso progresivo luego de la finalización del mismo, por lo que el desencadenante emocional está fuertemente vinculado al hecho de ser espectador del partido. Es frecuente la ingesta copiosa, consumir bebidas alcohólicas o cigarrillos, o ambos, en gran cantidad durante el partido, todos componentes que favorecen la aparición de un síndrome cardíaco agudo (SCA)”, sostienen los autores del estudio científico.

Y agregan: “El mecanismo por el cual el estrés genera la injuria vascular y la rotura de la placa aterosclerótica se mantiene como una incógnita, pero hay varios hechos bien demostrados. En los SCA inducidos por el estrés, hay un claro aumento de la actividad simpática a la que se asocia un marcado aumento de los mediadores de la inflamación y la vasoconstricción. Esto genera un brusco incremento de la demanda miocárdica de oxígeno o una alteración del tono vasomotor de las arterias coronarias, o ambos, lo que puede dar lugar a la erosión y rotura de una placa de ateroma vulnerable con la consiguiente formación del trombo, provocando isquemia miocárdica que se puede manifestar como un SCA”.

El doctor Orlandini concluye: “Existe un riesgo de sufrir eventos cardiovasculares durante un partido de futbol, sobre todo si tenemos antecedentes previos y o muchos factores de riesgo, si somos hombres más todavía. Todo esto se ve facilitado si comemos en demasía, tomamos mucho, fumamos y si somos tan pasionales como los argentinos. Lo más peligroso de todo es la definición por penales. En base a esto aconsejo no realizar una gran comilona para ver el partido, no tomar en demasía ni fumar para calmar los nervios. Para los que tienen antecedentes cardiovasculares o muchos factores de riesgo (hipertensión, obesidad, diabetes, etc.) además de las recomendaciones generales aconsejamos una consulta con su médico para que lo guie en cómo comportarse. Siguiendo estas recomendaciones estamos seguros que todos podremos disfrutar de un excelente Mundial.

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